El síncope es la pérdida súbita de la consciencia y de la fuerza muscular, que es breve, transitoria y no requiere medidas para su mejoría. Suele durar apenas 20 segundos, pero son suficientes para darnos un gran susto. Es más común en niñas, entre los 12-19 años de edad.
Se produce por la caída brusca de la presión arterial, lo que lleva a que se produzca una disminución en el flujo de sangre que llega al cerebro. Hay muchas causas que lo generan, la más común es la que se produce por reflejo vasovagal, este aparece en situaciones de estrés, mucho calor, cambios bruscos de temperatura, en lugares cerrados con poca ventilación o largos periodos estando de pie o levantarse de golpe. Es totalmente benigno y no requiere de atención urgente.
El síncope vasovagal, comienza con un cuadro, 15 minutos antes, de sensación de mareo e inestabilidad, transpiración fría, palidez marcada, temblor en manos, sequedad en la boca, y visión que pareciera que se va oscureciendo. Puede acompañarse con vómitos o náuseas y las mayoría de las veces no recordar ese lapso de pérdida de conciencia.
Lo que se debe realizar en ese momento es:
- Evitar que con la caída se golpee la cabeza.
- Alejar al tumulto de gente que le gusta mirar la situación, para darle un poco de aire.
- Se puede elevar los miembros inferiores para ayudar al retorno venoso.
- Levantarlo con cuidado y lentamente, primero sentarlo, que pase unos minutos y luego ponerlo de pie si se siente seguro.
- Ofrecerle líquido, agua o alguna bebida sin gas.
No es necesario darle sal, ni azúcar, la mayoría de los síncopes no suelen darse por hipoglucemias (disminución del azúcar en sangre) a menos que sea un paciente diabético que utiliza insulina, en los cuales si puede ser una causa frecuente. Así que no es necesario ir de urgencia a comprar o buscar un caramelo.
Debemos estar atentos y consultar inmediatamente:
- Si el síncope aparece durante el ejercicio.
- Si el niño presenta diagnóstico de cardiopatía.
- Si existe un antecedente de cardiopatía en la familia o familiar que haya sufrido de muerte súbita.
- La presencia de palpitaciones.
- Si tarda más de unos minutos en recobrar la conciencia.
- Si presentó un traumatismo en la cabeza por la caída.