Los cuadros de resfriado, garganta roja, laringitis y gripe son las consultas más frecuentes en una guardia pediátrica, representan más del 50% de las consultas, aproximadamente un niño puede presentar de 4 a 10 episodios al año.
La mayoría de estos cuadros son generados por virus, por lo que no requieren de antibióticos, así que si van a una guardia, no se asusten si el doctor no le da antibióticos.
Estos cuadros se caracterizan por presentar al comienzo decaimiento generalizado, sin fiebre, que notamos al niño con más sueño o con dolores de cabeza, y luego muestran bien marcado los signos: fiebre, secreciones abundantes, que al principio son blanquecinas o transparentes y posteriormente se vuelven amarillentas o verdosas por la misma evolución del cuadro, esto no es signo de infección bacteriana ni de requerir antibiótico. Después lo que vamos a notar es que los signos paulatinamente van desapareciendo, porque el virus se va eliminando solito.
En ciertas ocasiones, alguna bacteria puede aprovechar el estado viral que está atravesando el niño y sobreinfectar las vías aéreas inflamadas. Si esto sucede vamos a observar que la fiebre va a regresar, con picos altos, de 39°C, el decaimiento va a ser mayor, el niño no va a tener apetito y su estado general en el momento que no tiene fiebre no va a ser bueno como en el cuadro viral, al pasar esto es necesario consultar con el pediatra porque en esta situación puede requerir antibióticos.
Pautas de alarma:
- Somnolencia o que el niño no responda como lo hace habitualmente.
- fiebre en bebés menores de 3 meses.
- Signos de dificultad respiratoria (aumento de la frecuencia respiratoria, que marque las costillitas al respirar, que haga cambios de coloración de la piel).
- Si es menor de 2 años, rechazo parcial o total a la alimentación.