Es un tema muy discutido y una charla frecuente en las mamás que tienen niños de 2 y 3 años, ya que no todos lo dejan al mismo tiempo y algunos jardines no permiten el ingreso del niño si no abandonó el pañal.
Muchas veces se intenta retirar el pañal antes de que el niño sea capaz de controlar sus esfínteres por su cuenta.
Todos los adultos que van ayudar al niño en este proceso deben mantener las mismas pautas al actuar:
- Los niños deben tener posturas adecuadas para defecar, sus pies deben estar apoyados, esto favorece al intestino a ubicarse correctamente y al niño a realizar la fuerza abdominal para la defecación.
Lo que ayuda es tener orinales sólidos y rígidos, con una base grande, que el niño se apoye sin riesgo de perder el equilibrio y esto mismo lo desconcentre del acto.
También existen adaptadores para el inodoro, para que el niño no tenga que hacer fuerza para no deslizarse por dentro del inodoro, o sus nalgas se encuentren hundidas, y siempre debe ser acompañado de un banquito donde el niño pueda apoyar sus pies.
2. Se debe evitar baños sucios o desagradables para que no asusten al pequeño.
3. Una práctica que puede ayudar es sentar al niño en el inodoro no más de 10-15 minutos, porque sino se va aburrir y lo va a confundir con un castigo, después de las comidas, lo que aprovechariamos el reflejo gastrocólico que se produce después de comer.
4. Es bueno acostumbrar, de cierta manera, a defecar a una hora determinada.
5. Una alimentación adecuada en fibras y agua también ayudará.
6. Se debe felicitar al niño por sus logros y por sus intentos, no se debe retar o demostrar preocupación si en alguna oportunidad se les escapa el pis en el pantalón.
7. Estar atentos a las posturas del niño de que necesita ir al baño, para llevarlo rápido y enseñarle que cuando se sienta así, vaya él mismo o pida ayuda.
Y sobretodo tenerle paciencia, acuerdense que es un proceso que el niño necesita desarrollar paso a paso.